Santa Águeda
En Catral y a orillas de la acequia Mayor se encuentra el barrio de Santa Águeda, en cuya plaza se alza la ermita de la santa.
Cada 5 de febrero se convierte en un zoco ferial donde los vecinos y visitantes pueden comprar las típicas “bolicas de Santa Águeda, y todo tipo de chucherías y golosinas, de las que, sin duda alguna, el rey es el turrón.
La forma peculiar de de comprar se llama “la pesá” que consiste en un paquete de dulces de todas clases y que se regala a una persona querida.
La devoción en Catral de esta mártir siciliana es muy antigua. Se dice que fue introducida por la Orden de Santiago en el año 1255, aunque los primeros documentos que hacen referencia a la imagen y a la ermita datan de 1684.
Santa Águeda es muy venerada tanto por los catralenses como por una multitud de gentes de toda la provincia que cada año son fieles a su cita con la Santa.
Por sus connotaciones específicas, (enfermedad en los pechos) son las mujeres las que más suelen pedir a la Santa su protección e intercesión, aunque también se le pide amparo a Santa Águeda para proteger y potenciar las faenas de la huerta.
Durante la guerra civil la imagen de Santa Águeda fue destruida y al término de ésta, la familia Ñiguez, descendientes de los antiguos compradores de la ermita, encargaron al escultor Carmelo Vicent Suria, de Valencia, la actual imagen y trono de la Santa.
El día 4 de febrero la Santa se trasladada ante una gran multitud de devotos que han hecho promesas, hasta el templo parroquial de los Santos Juanes, en donde pernocta para salir, después de una misa solemne y acompañada por las autoridades, en romería hasta su ermita.
Muchas son las personas de la comarca y pueblo limítrofes que vienen a poner exvotos a la Santa que “fa miracles”